Querido 2012:
No te guardo rencor.
Cómo hacerlo?
Ya sé que mucho me quejo...pero no te lo tomes como algo personal...lo hago siempre.
Me has dado muchos momentos. Buenos, malos, regulares, buenísimos y muy regulares. Ninguno muy malo. Ningún susto. Así que por esto tengo que darte las gracias. Alguna despedida, pero de las que se hacen con una sonrisa...y por la que hoy especialmente puede que caiga alguna lágrima...pero de nuevo, no te lo tomes como algo personal, pues cada 31 de diciembre algo se muere en el alma pues otro año se va.
Y es que son 365 días juntos. Muchos planes y proyectos fallidos. Muchas noches inesperadas. Muchas lágrimas y risas, muchos días completamente "sin más" y otros en los que te replanteas muchas cosas. Muchos cambios (especialmente este año) a los que hay que adaptarse. Muchas alarmas que se alargan 5 minutos más, 52 domingos a los que pides compasión...muchos trenes y autobuses de la muerte para reencontrarse con caras nuevas y otras que se recuerdan desde hace muchos años atrás...todo para robarle unas horas al tiempo, que parezcan un instante y ahora sean un recuerdo.
Muchos mensajes escritos, pero de estos quiero más...que bien sabemos tú y yo que leído todo sabe mejor...
Muchas palabras dichas...e ideas calladas a la espera de forma.
Alguna que otra agradable sorpresa y lo más repetido "espera, todo llegará"
Mucha familia...eso no cambia. Y rodeada de ella te despido.
Muchos momentos vividos a la sombra del 12...y todos ellos me hacen estar hoy, aquí, diciéndote adiós...sin rencor.
TODO SOBRE MI ABUELA
Así titulé un escrito hace 8 años cuando, contra tu voluntad, te volviste dependiente de la silla y de tus hijos y en él describía cómo gracias a esa misma voluntad lo supiste llevar como nadie.
Debe ser duro, para alguien a quien recuerdo con un estilo impecable, en tacones, labios de rojo y falda planchada antes de salir, enfrentarse a esa nueva etapa en la vida cuando estaba ya tan avanzada. Pero es que tú querías vivir. Y querías vernos. Y así lo hiciste. Seguiste presenciando cómo nos multiplicamos, cómo festejamos cualquier ocasión y cómo nos reunimos bajo cualquier pretexto con el sello de la casa, alrededor de una mesa llena de comida, para acabar discutiendo y cantando entre pitillos, cafés y cartas. Como a ti te gusta.
Pocas personas conozco que hayan dado tanto ejemplo como tú. Sí, tú. Más lista que Gil Robles, aleccionando con tu saber estar, con tu saber hacer, dejando que los demás vivan su vida pero preocupándote por todo y por todos. Cuidándonos hasta el final. Regalándonos conversación, anécdotas y esa carcajada tan tuya que nos lleva a nietos e hijos, como bien te cantábamos hace unos cuantos años, a "ir presumiendo de ser Brandón"
Pues claro que presumo de abuela. Y lo haré siempre. Porque es mucho lo que conseguiste y mucho lo que nos diste. Me diste a mi familia. A esa gran familia con la que comparto muchos de los mejores momentos de mi vida. Conseguiste un núcleo sólido. Una máquina engrasada compuesta por piezas muy diferentes pero fundamentales todas ellas. Desde aquí quiero asegurarte que va a seguir funcionando, aunque nos faltes. Aunque tú ya no estés, te recordaremos como lo que fuiste toda tu vida: una madre, una abuela, una señora y por encima de todo, una persona extraordinaria.
Nos enseñaste a disfrutar de la vida porque es, como le dijiste a mi padre y este me repite siempre que tiene ocasión, la mayor aventura que le puede suceder a un ser humano.
Yo firmaba por una como la tuya.
Sólo me queda darte gracias abuela Pita. Gracias por los desayunos en Baiona, por los fines de año, por tus hijos, nietos y bisnietos. Gracias por recordarme cómo era el abuelo, por darnos dinero a escondidas, por hacer de García Barbón 52 la casa de todos. Gracias por las partidas de mus, por los merengues, por tu generosidad infinita. Por hacer que cada acontecimiento fuese especial, por tu mal comer, por tus cigarrillos BN, por tu gusto por los detalles. Gracias por ser "la Jefa", por hacer las cosas bien incluso cuando todo va mal. Por alegrarnos la vida. Por enseñarnos tanto. Por estos 25 años contigo que se me han hecho cortos, pero tú también te mereces un descanso. Gracias en mayúsculas por tu humor, ese que te acompañó hasta el final. Gracias por ser como fuiste y por hacernos la vida mejor a los de alrededor.
Gracias por todo abuela, sé que lo hiciste encantada...te vamos a echar muchísimo de menos.
SINSENTIDOS DE LA INFANCIA
Hay una serie de gritos de guerra infantiles que de vez en cuando rememoras bien sea en coñas absurdas o porque simplemente te dio un arrebato de nostalgia escuchando a las nuevas generaciones jugar expresándose con una jerga que parece una evolución de la que utilizaste en su día.
Encontramos los clásicos "Rebota y explota" o "quien lo dice lo es y tiene el culo al revés"...cuya evolución asquerosa podría ser "Háblale a la mano"
Que si "No vale furar" o "Por mí y por todos mis compañeros" (y qué solidario parece hasta que llega el "y por mí primero") o las cancioncillas con tufo a pufo para ver a quién le toca quedar a la pita (o a Marco Polo que no hay peor trago que ese...vacile gratuito oiga!). Por favor, analicen: "Pito pito gorgorito...dónde vas tú tan bonito...a la era verdadera...pin, pon fuera" Cuál es la era verdadera?? cuál? y luego venía el atraco a mano armada que era que si le tocaba a un amigo tuyo o a ti mismo, alargabas la canción con un "sa-les-y-que-das-tú" venga hoooombre!! fuera!!
De la jerga más adolescente me informa Feli, que tiene unas sobrinas en edad de merecer (de merecer un par de leches)...y te dicen "qué friki eres" o alguna hija de alguna prima que me suelta un "te estás yendo" y se queda tan pancha. Porque se creen muy guays. Pero hay que dejarlas. Porque el mundo a esa edad ya es suficientemente cruel y es muy difícil escoger con qué frase de qué canción de amor desesperada vas a actualizar tu estado de messenger y con cuántos corazoncitos y estrellitas vas a decorarlo. (Aunque mejor yo de actualizaciones de estado no hablo que voy bien servida...eso sí, sin corazones rotos ni días en que "estoy mal")
Pero volviendo a esos años un poco (sólo un poco) más inocentes que la adolescencia, esos años de infancia perdida en la que juegas con todos, se recuerdan aquellos "pido no" o "me pido delante" en lucha con tus hermanos o "bocio permanente quien me de chupa 20" (que hay que ser cerdos...)
Y aquí es donde encuentro una expresión que me produce unas dudas terribles sobre su funcionamiento. Porque más que una expresión era una contraseña, una obligación a estar constantemente alerta. Vamos a ver...qué narices es eso de "PRI CON PRI!"
Cómo funcionaba? Y aquí surge el debate. Porque me pregunto yo...si alguien dice "pir con pri" el siguiente sólo tiene que decir "pri" para ser ese "pri" de "Pri con pri"? Según Blanca es que alguien decía "jugamos al tenisPRI CON PRI" (así todojunto) y otro alguien tenía que decir también "pri con pri" (y casi siempre estos dos estaban compinchados...aunque esto también puede entrar dentro de las teorías conspiranoicas de Blanca)
Luego María, para darle todavía más chicha al asunto, me recuerda que luego existía el "Se con se". Yo ahí ya digo basta. Que no puede ser. "SE CON SE" y otra vez la misma duda...entonces el siguiente dice sólo "se"?
Finalmente mi vaga, ausente y en la mayoría de los casos incompetente (que ni que fuera funcionaria) memoria, decide hacer acto de presencia y recordar que sí, que había hasta un "ter con ter".
Y aunque después de reírnos mucho yo sigo sin entender muy bien cómo iba el rollo este (si alguien puede arrojar luz sobre este asunto, adelante) me acordé también de lo chungo que era ser tan poco espabilada (yo) como para que después de que ya hubiesen dicho "Primer!, según!, tercer!" te tocase decir...qué? "cuarter"? pues no. Eras cuarta y punto. Eras una pringada también. Pero este es otro tema.
En fin, la infancia...en ocasiones es mejor no tener buena memoria...
BLANCA
Tengo yo un grupo de amigas que ya son amigas, "para siempre". Quiero decir que puede que vayan a más...pero dudo mucho que haya alguna baja. Muy grave tiene que ser lo que haga alguna de ellas para que dejemos de ser amigas (y de pronto me acuerdo de aquella terrible sentencia infantil: "Pos ya no soy tu amiga") A lo que me refiero es que ya somos mayores, hemos compartido mucho y nos reímos juntas, nos entendemos y nos aguantamos a pesar de todos nuestros defectos que son muchos y de sobra conocidos. Pues bien, entre estas amigas a las que yo en un alarde de ingenio bauticé como "Zorrupias" y así se quedó en ese grupo de Facebook que menos mal que es secreto porque los documentos gráficos ahí expuestos no son aptos para todos los públicos, hay una que se llama Blanca.
Y debiendo aclarar que todas esas "amigas para siempre" (du yu guont tu bi mai fren) se merecen varias líneas, resulta que le tocó a Blanca. Porque hoy he venido aquí a hablar de mi amiga. De mi amiga Blanca
En realidad dejó de llamarse así hace mucho tiempo. En el móvil fue Berenguela desde el día que descubrí (yo) que ese era su segundo nombre. Incluso pasó a ser Lourdes durante un breve espacio de tiempo cuando rondábamos los 17, porque a esa edad descubrió (ella) que ese era su tercer nombre. Cogí prestado el "Blancademierda" creo que de su hermano Gonzaga y alguna vez me referí a su persona como "El Blanquismo" como si de una enfermedad se tratase, derivando en Blaquitis, Blanquicela, Blancarro, Bláncer...pero lo que más hacemos es llamarnos por insulto. "Tú eres idiota?" "Eh!" "A ver quieres hacer esto de una vez?" "mira tú a mí no me mandas". Somos así. De insultarnos. De hacernos burla hasta el infinito sobre las cosas más absurdas. De tratarnos con hostilidad y de no demostrar el cariño a no ser que el alcohol nos haya invadido. De no tocarnos a no ser que toque abrazo, y entonces le digo..."Ay...Blanca"...y la estrujo un poco, aunque siempre le digo que no sabe recibir abrazos.
Porque Blanca es así. Come mal y decide peor. Tiene sus neuras que a veces le da vergüenza contar pero que yo entiendo muy bien...aunque con alguna le digo que no, que por ahí no paso y que eso hay que cambiarlo. Entonces se lo repito mucho y me dice que "yaa..." pero no cambia. Porque Blanca es así. Vergonzosa y come-uñas-que-son-garras. Analista de todo y de todos. Con memoria de elefante y sentimientos con efecto retardado. Disfrutona de sus costumbres y de lo conocido. Perezosa en el "por conocer". Graciosa, nerviosa y antisocial hasta el punto de hacernos pedir pitillos por ella. Entonces yo me rebelo y le digo que no, le suelto uno de esos "eres idiota?" y ella me dice "pero qué más te da?"...y entramos en uno de nuestros miles de episodios en que nos enfadamos (levemente...no recuerdo haberlo nunca en serio), yo porque me desespera cómo es y ella porque le riño y porque pongo malas caras. Luego hablamos (bueno hablo yo) hasta que ella estalla y dice "A veeer!!..." y tiene que decirme lo que le pasa. Porque yo soy de hablar. De hablarlo todo. Y Blanca no. Blanca es de callar. De callarse todo.
Menos por escrito. Blanca escribe mucho, con gracia y con ingenio. Como es ella. No sé cuántas horas habremos podido hablar a lo largo de nuestro cuarto de siglo, pero las conversaciones escritas ganan por goleada. Desde esas cartas adolescentes archivadas en carpetas hasta esos interminables chats que se perdieron en el ciberespacio. La palabra escrita es el medio que ha conseguido que a pesar de separarnos en la universidad (tú a Santiago y yo a Madrid) tengamos un diálogo constante sobre todo, como cuando compartíamos pupitre en el colegio. Y cuando digo todo es TODO. Desde esas épocas de exámenes con alternancia en el papel de animadora "pero si es lo que me decías tú el otro día, que hay que seguir, que esto no es nada", o esas conversaciones que empezando con un "qué tal?" acababan en un análisis de nosotras y del mundo...hasta esos esporádicos "hola!", "carmeeeen...buaj" en el muro de Facebook, los absurdos pero imprescindibles informes sobre el estado de la Nación (rosa) con el tema fetiche de si Lydia Lozano ha vuelto a llorar por el caso Ylenia, pasando por los "Blanca creo que me voy a tomar 2 yogures en vez de uno eh? así de colgada estoy" y sin olvidarnos de mi preferido "Teorías sobre la vida". En este apartado encontramos hits como no fiarse de la gente que no habla de caca, los beneficios del insulto continuo, la invisibilidad que otorga el llevar gafas de sol y cascos (por lo que si cantas en alto no pasa nada) o definitivos y sentenciosos "está claro que siempre voy a querer una caña más"
Después de leer algo de Blanca siempre sonrío. Después de hablar con ella siempre me quedo mejor.
A Blanca le gusta mucho reírse de (sus) coñas muy absurdas pero no sabe sonreír en las fotos. Blanca conspira para salirse con la suya pero cede por el bien común siempre. Le gusta estar con sus amigas y olvidarse de todos los nervios que le producen los miércoles, cuando va a cantar temas a jm (así, en minúscula) y teme que la echen de la oposición. Ah! porque no lo había dicho, Blanca es una opositora. Una opositora que echa de menos la vida. "Porque a mí me gusta mucho la vida entiendes? Quiero volver a la vida Carmen!" me dirá en todas las ocasiones que la llevo por el mal camino y acabamos bebiendo cuando no se debe, preguntándonos mutuamente si queremos otra caña y contestando que "claro, que siempre voy a querer una caña más". A Blanca le gusta pensar en su futuro solucionado pero le entran unas dudas terribles con su presente. Pero Blanca sigue. Porque Blanca puede. Porque lo pasa mal pero continúa. Porque a fuerza de voluntad no le gana nadie. Y a contar historietas tampoco.
Blanca es mi amiga. Y estoy orgullosa de ello. Y de ella. Creo que nos pasa a todas.
Tengo una amiga de la que empecé a escribir una entrada el día que me anunció que había suspendido un examen y terminé de escribirla el día que se fue de Nueva York, después de decírmelo una mañana cuando todavía no había amanecido. Que venía. Venía para alegrarme la cara y el alma, un tanto morriñenta últimamente. Venía para que comiésemos, paseásemos, riésemos, comentásemos, nos hiciésemos fotos, flipásemos, nos quisiésemos cortar los pies, comprásemos, descubriésemos, bebiésemos y nos mirásemos sabiendo lo que está pensando la otra. Venía para ver esta ciudad, para tomar pavo en Acción de Gracias y ver el Empire State desde todos los puntos posibles. Para contarme cómo está y para que volviésemos a hablar de todo y de todos. Y a callar cuando apetecía. Para que acabásemos agotadas y ya casi sin ganas de nada para luego terminar en un mano a mano surrealista. Para que tengamos "algo para recordar". Para recordarme cómo es tenerla todo el día alrededor. Para recordarme por qué me gustan tanto Vigo y mis amigas. Para decirme que no queda nada. Para que volviésemos a ser esas dos niñas de uniforme azul marino en la salita verde de su casa haciendo que hacían los deberes mientras una hablaba y la otra pintaba. Para que estuviésemos como siempre. Esas dos.
"Las mismas...pero mejores"
6 NOTAS DE NYC
1- Yo me creo que empieza el frío. Pero claro, el frío, como el dolor, el tiempo y casi todo en la vida en general, es relativo. Este es MI frío. El que yo conozco. El de los Madriles...el de Cólchester (al margen del lago en el que remábamos, donde por mucho que me dijesen que eran 2 grados yo sabía que eran menos...y la nieve lo acabó por confirmar) Así que aquí estoy yo...con mi límite de capas abrigosas y parece que esto no ha hecho más que empezar. Bueno, pues no pasa nada...nos pondremos doble camiseta, guantes y gorro. A todo nos adaptaremos. A todo. Al frío, a las circunstancias, a los tiempos, a la crisis...no queda más remedio que hacerlo.
2- Qué fue lo último que vio John Lennon antes de morir? Miraba hacia Central Park cuando salió de ese edificio que hoy sigue recibiendo turistas que se hacen fotos en tan macabra entrada? Un puesto de unos tipos contemporáneos al mito y cansados de contestar, indica hacia dónde está el Dakota y hacia dónde Strawberry Fields. Pero eso era en Liverpool...y la canción se compuso en Almería...y en el suelo pone Imagine...y en mi cabeza resuena Loquillo "...me dice yo te haré rico tú sólo has de cantar bien, si no te pegan diez tiros en la puerta de un hotel"...
3- Majestuoso, complejo, monumental, elegante, distinguido, moderno, sobrio, diáfano. Muchos adjetivos se me ocurren para definir el Lincoln Center, uno de mis espacios preferidos de Nueva York. El último de ellos aprendí a valorarlo cuando mi madre hizo obra en casa dejándome sin cuarto. Sí, ya sé…la parábola del hijo que se va a estudiar fuera y se encuentra que en Navidad no tiene habitación?…pues casi. La señora que calceta dejó un salón muy despejado. Y qué vas a hacer con tanto espacio? le pregunté "me gusta…me da sensación de calma" me contestó. Es un espacio ante el que mi amigo Borja, tan exagerado como siempre, reaccionó con un "Ehhh...Carmen por qué se puede jugar al tenis en tu salón?". No es para tanto...pero es lugar suficiente como para que en él hayamos comido trentaitantos, peleado a lo pressing catch (pero no habías dicho que la obra es de cuando te fuiste a estudiar la carrera? sí...y quién te asegura que tus hermanos van a dejar de maltratarte cuando cumples la mayoría de edad? nadie.), hayamos bailado, interpretado, caído (Yo. Varias veces) y hasta practicado el swing de golf. Ese espacio me gusta mucho. Los espacios me gustan. Los espacios son importantes ("necestio un poco de espacio" predicarán muchos por no decir que te quiero perder de vista) Los espacios son, al fin y al cabo, los que nos permiten apreciar las cosas materiales, lo compacto. Como los blancos en la tipografía.
El Lincoln Center podría estar en París. Es de estos edificios de cristal y piedra…de estos que se hacen tanto ahora...pero bien hecho. Como otros muchos días, paseando con Nicolás pasamos por delante. Y ahí, en el gigantesco hall del edificio cuya esquina parece el Titanic hundiéndose, estaba la jet tomando un cocktail porque Oprah Winfrey iba a entrevistar a Ralph Lauren. Y mientras los observábamos, como se veía el mundo en aquella canción "tras el cristal", yo pensaba en cuánto se habrían gastado en cada vestido (que no parecían ser de esos que te puedes poner más de una vez..."y con alpargatas hasta un sábado por la noche" como bien me aconseja mi señora madre cuando invertimos en un nuevo trapito), en cada esmoquin, en cada manicura y peinado, en cada rollito de gamba y en cada copa de champagne...Ellos debajo, nosotros arriba, desde el gallinero. Ellos dentro, con sus trajes y nosotros fuera con nuestros abrigos. Ellos posando y nosotros contemplando. Un espectáculo lejano. Como una obra de arte del Renacimiento en la que intentas averiguar qué hace cada personaje.
El Lincoln Center es lo que tiene que ser. Un conjunto de edificaciones perfectas para las artes, para el espectáculo glamuroso que es, o debería ser, el ballet y la ópera. Mi enhorabuena al chef.
4- Hablando de cosas glamurosas se me vienen a la cabeza las terrazas de los hoteles de Nueva York. Y sus vistas, sus gentes con aires importantes, sus precios prohibitivos y sus batamantas (sí, sí, como las de la teletienda). Porque las terrazas de Nueva York también son para el invierno. O al menos para el otoño. Porque sería un pecado dejar de disfrutar de esos gigantes iluminados, de esa otra ciudad que despierta cuando se apaga el Sol (que es cuando a mí más me gusta) en estos días en que el frío, el mismo del que hablaba arriba, aún nos respeta.
5- Dos metros que van a la par. Dos trenes en una carrera (aquí es posible por la diferencia entre los Local, que paran en todas las estaciones y los Express que lo hacen sólo en algunas) y será una tontería pero es algo mágico. Parece que lo que ocurre al otro lado de la ventanilla está grabado en stop motion. Y ves escenas en el tren de al lado. Un chaval escuchando música, dos mujeres cotilleando, una chica embarazada, un hombre leyendo el periódico...puede que sean las mismas que están sucediendo en tu propio vagón pero a través de un cristal. Están enmarcadas. Y entonces ya están contando una historia. Todo es cuestión de encuadre. En el cine, en la fotografía y en la vida. Qué es lo que quieres resaltar. Qué es lo que quieres que se vea...y lo que no.
6- Esto de que mis 6 de la tarde sean las 12 en España hace que mis tarde-noches, ese tiempo en que mi cabeza empieza a girar a más revoluciones (porque bien es sabido que yo soy noctámbula, como el señor de gafas oscuras) sean más solitarias. Esto hace que sea consciente de que además de a muchos kilómetros, estoy a muchas horas de distancia...o mejor dicho, a muchos momentos....a muchas sensaciones. No estás igual a las 2 de la mañana que a las 8 de la tarde. Vivo en un tiempo distinto. Vivo en este momento que es sólo mío e intento exprimirlo. Vivo este momento del que me queda poco. Vivo este momento porque cuando vuelva a la franja horaria adecuada me tocará vivir otro del que sé muy poco. Y eso a ratos me gusta y a ratos me asusta.
Buenas Noches.
FEED THE BIRDS
Los pájaros en general no me convencen. En el colegio mayor jugábamos a ver si la gente era gato o perro. Yo, al parecer, era perro…que creo que era lo mejor. Alguien dijo que no llegaba con estas dos categorías…que a veces la gente era pájaro. La gente pájaro es gente sospechosa. Madre mía…qué cantidad de tiempo libre teníamos en aquel entonces...
Bueno, a lo que iba, nunca entendí a las señoras de las palomas. Por qué? Por qué alimentar a esos animales? (nota: animales va en cursiva porque hay que diferenciar entre los animales, que son aquellos que respeto y acepto que convivan conmigo en este planeta Tierra pero nada más. Sí, soy anti-animales, qué le vamos a hacer…algunos dicen que esto me convierte en mala persona…en fin…que vale, que a los animales escrito con letra normal los aguanto y a sus dueños...a veces. Ahora, los animales son seres cuya existencia simplemente no entiendo. No hacen ningún bien a la humanidad y ni si quiera son bonitos. Creo que el mundo sería un lugar mejor sin ellos. En esta categoría están las palomas, las gaviotas-roba-comida, los mosquitos-vampíricos-anti-sueño y un laaaargo etcétera)
Pues las palomas son animales. Y la señora que les alimenta, su aliada. Nada bueno. Es que no tiene otra cosa mejor que hacer que ponérselo más fácil a estos seres y que así se vuelvan más vagas, inestables, gordas, feas y agresivas? Señora está usted loca? No. No responda. Lo siento si la he ofendido. Hace mucho tiempo aprendí que las señoras de las palomas en el fondo de sus corazones palomísticos tienen buenas intenciones. Me lo enseñó Mary Poppins y esa canción que aún me transporta a mis 4 años. "Coooompre usted, migas de pan...Solo son…dos peniques…"
La canción era muy bonita. Las intenciones de la misma, no tanto. La señora en cuestión ("la señora de las palomas" original) daba algo de miedo…pero también pena. Mary Poppins quería que los niños invirtiesen sus dos peniques en alimentar a los pájaros en cuestión. Pero vamos a ver Mary, que el pan no es tan caro, la señora hace negocio fijo, lo siento. Además el padre quería que lo invirtiesen en el banco para así tener en el/un futuro…ah! espera…que eso también es negocio para ellos. Mira pensándolo bien, que le de de comer al sucio bicho. Si no recuerdo mal al final no hace ni una cosa ni otra. Michael le da los dos peniques a su padre porque está en apuros (nota: "estar en apuros" es una de esas expresiones que sólo lees o escuchas en las películas, como "tener agallas") Y al final todo sale bien y van a volar una cometa todos juntos…con esa otra gran canción que me encanta "Ohh, ohhh, qué gran gozo da, ver que se va y se va…"
Ay! cómo me gusta Mary Poppins con ese pijerío ingles…pero la película eh? Acabo de ver el musical y me gustó mucho pero para mí Mary Poppins, mi Mary, esa de la que aún me sé los diálogos, es la película.
Aunque un musical siempre anima…es todo tan teatralmente exagerado. El patio de butacas, la sensación de estar viviendo un espectáculo, los escenarios que no se sabe dónde caben, los cañones de luz y ver a todas esas personas danzando de un lado a otro con esos movimientos perfectamente coreografiados que hacen del conjunto un placer a la vista y al oído…es, simplemente, supercalifragidisticoespialidoso.
P.D. A pesar de que Mary es "prácticamente perfecta en todo" no le hagan caso, NO alimenten a las palomas. DO NOT FEED THE BIRDS.
YA NO ES UN ZULO
Montar mi cuarto es un ritual que toda persona que haya convivido conmigo conoce.
Se puede prolongar a lo largo de varios días y me sume en un estado de concentración mayor que hacer un examen de matemáticas aplicadas.
Pongo el iTunes en modo aleatorio, y empiezo a abrir cajas. Esas en las que acumulo pequeños papeles, fotos u objetos que me teletransportan a tiempos lejanos.
Y suena "años 80" y veo a mi yo teenager, rodeada por esas mozuelas que ahora trabajan, opositan o se masterizan, con unas cariñas de crias que valgamedios! Entonces salta a "Copenhague" y sigo pegando fotografías que narran viajes, "pretty woman", fiestas "toda la noche en la calle", el Colegio Mayor "material girl", noches en Vigo "take me out", noches de verano "cómo te mueves", Baiona "turnedo" y familia, sobre todo, familia. Mis hermanos "Mr Jones", mis padres "I've Got Dreams To Remember"...de las Navidades "Yolanda", de los primos "cadillac solitario"...
Chapas, postales, perchas de cuando era pequeña, dibujos, muñecos articulados, pistolas de plástico, lápices, rotuladores. La radio suena de fondo y esto ya deja de ser un trastero para convertirse en la república independiente de mi cuarto.
Bienvenido a Eloy, última puerta a la derecha.
DÓNDE ESTABAS ENTONCES
Yo estudiando. Entre subrayadores, sindicatos y empresarios, resulta que comenzaba “una nueva era”
En el punto de mira, un hombre. El primer presidente negro de Estados Unidos. El primer presidente negro de Estados Unidos. Lo repito, porque a pesar de lo “histórico” de la jornada, todavía no procesamos el tiempo que nos ha tocado vivir. Y no lo hacemos por eso,porque lo estamos viviendo.
El momento es AHORA. Es tiempo de pensar que se puede, de confiar, de contagiarse de esta ola de esperanza y entusiasmo que recorre el mundo. Porque si no es ahora cuándo?
El hombre ya no es hombre sino icono. Y sobre sus hombros, grandes esperanzas. (demasiado grandes quizás). Queremos que “un mañana mejor” ocurra hoy. Porque tenemos tanta hambre y venimos de un periodo tan gris que encontramos en él y en lo que representa una respuesta a todas nuestras plegarias y un motivo para volver a creer.
Inevitablemente nos decepcionaremos. Porque ya lo advirtió él mismo, estamos en un periodo complicado y el futuro próximo no se presenta muy halagüeño. Pero como ya habrá lugar para el escepticismo, y dado que todavía no le ha dado tiempo a defraudar a nadie (más bien todo lo contrario: primera medida adiós a Guantánamo), vamos a disfrutar de este “Oh! Bama day!” y de lo bien que se les da a los americanos el ritualismo y la parafernalia.
Todo estaba calculado al milímetro, cada acto, paso, color o gesto, cargado de simbolismo, conscientes de que hoy (más si cabe) eran el ombligo del mundo.
Y el discurso, vaya discurso!...redesmenuzado y analizado por los medios, con palabras para todos sin dejarse nada en el tintero. Firme, presidencial, pidiendo al todopoderoso que nos bendiga...E fin, un discurso a la americana. Con contenido, ilusionante y casi de película. Si no fuese porque ocurrió realmente (muy realmente). Tanto como para que a pesar de los miles de kilómetros de distancia y la mala señal de la radio, consiguiese hacerme partícipe de SU momento. Sí, yo viví la investidura de Barack Obama.
Esta noche es Noche Buena
Y mañana “God” dirá.
DESPACITO Y CON BUENA LETRA
Recuerdo que cuando era pequeña me gustaba experimentar con mis firmas.
Pasé del clásico carmen con la C subrayando al resto, a una burda copia de la de mi madre (lo cual debe ser genético, porque la de Manuel lo es de la de mi padre…) Hace poco volví a cambiarla y ahora es un garabato en el que se supone que pone carmen.
En aquellos tiempos en los que las tardes se pasaban tirada en el salón dibujando mientras de fondo se escuchaban los dramones de después de comer (en los que no faltaban secuestros, asesinatos o niños separados al nacer) cuando todavía no nos habían invadido los tomates asesinos, los cuéntaselo a Ana ni los está ocurriendo, practicaba yo mi caligrafía llegándoseme a conceder con el tiempo el título de “experta en letras”. Bueno, en realidad me lo otorgó la fan número uno de Giovanni Rana y sin embargo amiga, Blanca Berenguela pero yo me lo tomé muy a pecho.
Todo esto me vino a la cabeza después de acordarme de un día en el que mi hermano mayor de unos 16 años y yo de unos 8, competimos a ver quién tenía la letra más bonita, para lo cual escribimos cada uno nuestro nombre completo.
Evidentemente la de mi hermano era mucho más pulcra, igual y bonita que la mía (siempre tuvo bastante letra de niña, siendo esto un piropo, que conste)
Para decidir sobre el asunto acudimos al ser más serio e imponente que conocía yo en aquel momento sobre la faz de la tierra. Se escondía tras la fachada de un tipo con incipientes canas, tumbado en el sofá con un “chandí” azul marino con dos bandas amarillas a la altura del tobillo y gafas de pasta (de esas que ahora llevan los modernos y antes lo señores pensantes) Resultaba que ese tipo era mi padre y yo sabía que solía estar de mi parte.
Fui yo la encargada de preguntarle su opinión. Y lo hice con la mayor de mis sonrisas mientras sostenía el sobre del banco sobre el que habíamos desplegado nuestras habilidades. Se quitó las gafas y observó. Le miré. Me miró. Mi sonrisa empezaba a desaparecer. Volvió a mirar hacia abajo, pero creo que ya no miraba el sobre. ”Vamos! es fácil!” Me volvió a mirar con una media sonrisa y dijo: “la de Manuel”
Me quedé helada hasta que la mueca de mi hermano me hizo despertar. Disimulé como pude y volví a practicar.
Ingenua de mi creía tener el juicio ganado antes de empezar. Sabía la verdad. Sabía que la de mi hermano era mejor y aún así probé a mi padre. Quise comprobar si era incondicional aún en el injusto.
Me equivoqué.
Se lo agradeceré siempre.
OTRO AÑO MÁS
Te vas haciendo ideas de cómo va a ir, de cómo va a ser…vas adivinando cómo es cada profesor. Si “es uno que va de coleguita pero luego es un cabrón”, si es un cabrón a secas, si pasa de todo y ni si quiera pide ficha (con lo que puedes imaginar que le importa menos que nada si vas a su clase o no, si apruebas o no y mucho menos si te interesa su asignatura)
Que empieza la rutina, los madrugones, el quedarse dormida, la mala cara, el color blanco nuclear de piel, el frío polar al despertar. Se cortan los labios, salen calenturones, come deprisa algo muy cochino, toma café, ten algún momento de motivación durante el día y vuelve a casa en vespa, cantando a grito pelado y pensando en el día de mañana, ríete con o de algún compañero, métete en cama, pon la tele y tápate con el edredón que hace ruido bien metido por los bordes (con lo que es imposible que un pie traicionero salga a dar una vuelta por la noche) duérmete más tarde de lo que deberías y repite la operación…
…hasta que llegue una mañana en que te extrañe no despertar al ritmo de “hoy no me puedo levantar”, y lo hagas al de “It’s a beautiful morning” porque resultará que es viernes, que te esperan tres clases que te encantan y lo que es más importante, empieza el fin de semana. Ese que debería durar 5 días para cumplir todos tus planes y que al final suele reducirse a salir y vegetar.
Pero esa es ya otra historia.
Los abanderados de América latina (chicharreros ellos), cocinan sano, compran pan de cereales barato, se meten conmigo y se creen los más guays del lugar…pero se van llevando.