SE ACABÓ.

Se acaba julio y con él este experimento. No he conseguido hacer una entrada al día. El 18 me lo pasé tan bien que no arañé esa hora para escribir como los otros 30 días del mes.

Lo primero que tuve fueron dudas porque no sabía si sería capaz de escribir tanto (se ve que sí...que escribir es como comer y rascar) Escribir es como hablar. Todos los días conversé un rato conmigo. No siempre acabé satisfecha con lo publicado pero lo bueno es que tenía otra oportunidad al día siguiente para resarcirme. 

Una de las cosas que aprendí es que inventar es difícil. Mucho más que describir lo que te pasa o dedicarle unas palabras a alguien que quieres y conoces. Justamente por eso. Porque lo conoces. Cuando tú decides qué va a hacer ese personaje, cuando el que se convierta en alguien adorable u odiable está sólo en tus manos, te sientes un poco responsable. Y también un poco como Dios. Mucho ojito con lo que haces que te pasa un tranvía por encima en lo que se tarda en escribir "y justo cuando se dio la vuelta...zas!"

Me gusta escribir porque es la forma de la que mejor expreso lo que quiero contar. Con los dibujos también pero ahí la parte estética condiciona bastante. Al escribir esto es lo que quiero decir. Sin adornos. Cuando hablo, lo hago atropelladamente y sin pronunciar bien, así que la mitad de las cosas que digo van acompañadas de un "qué?!" Hablando, además, no tengo el tiempo suficiente para reordenar, borrar y elegir las palabras que mejor se ajustan al contenido. Tiendo a decirlo todo muy rápido porque crecí en una casa donde somos muchos con ganas de dar nuestra opinión. Y el tono...el dichoso tono que todo lo condiciona. También mi cara que al parecer es demasiado expresiva así que a veces me paso de énfasis cuando en realidad estoy discutiendo sobre algo que me importa más bien poco. 

Hablando tienes que ser consciente de a quién te estás dirigiendo. Conseguir que el otro entienda exactamente lo que tú quieres decir es muy complicado. Cada vez que pienso en lo difícil que es entenderse a uno mismo y luego le sumo lo dificilísimo que es entender al otro, menos me explico que sigan existiendo las parejas. Esto es algo que ya me preguntaba allá por el mes de junio en otra entrada en la que también hablaba sobre escribir. Se ve que ya me repito un poco...

Pero me gusta que las cosas queden dichas por escrito. Aunque hay palabras que se te quedan grabadas para siempre por lo duras o por lo bonitas, las cosas por escrito llegan más. Por eso me da pena que se hayan dejado de escribir cartas y por eso me dan ataques de nostalgia cada vez que abro la carpeta de las cartas adolescentes. Nos las escribíamos en clase porque no valía con decirse "tía, eres mi amiga, no te rayes por este que es un idiota y tú vales mucho más bla bla..." había que escribírselo. 

No he superado este reto de escribir una entrada al día pero ahí quedarán para la historia estas 30 entradas de julio de 2015. Las volveré a leer y me reiré, confirmaré o pensaré que estaba muy loca, vaya usted a saber. Tal vez vuelva a intentarlo. Tal vez le de una segunda oportunidad. 

Pero esto se acabó. 
Me gusta terminar con un temazo y como es viernes y este es un subidón que pongo en repeat y, además, también habla de segundas oportunidades, aquí me despido de julio con los Pet Shop Boys versionando a Elvis. 

Gracias por leer.



DON A+ SAN G.R.E.

He vuelto a donar sangre y me he sentido bien.

He vuelto a querer matar a los padres del niño que no para de llorar a mi lado en la caferería y al garete con el buensamaritanismo.

Aunque no veo mucho mérito en dar algo que tu propio cuerpo produce…con la satisfacción de poder pensar que tu ultra común grupo A+ va a ayudar en alguna operación y además te dan agua y un boli! (atrás quedaron los años sin recortes en la Avenida Complutense en los qe poco más y te decidías a donar por el bocadillazo y la chocolatina de después).

El niño sigue llorando, por cierto. Y quiero dejar bien claro que no prefiero esas escenas de tensión entre parejas con niños que se echan la culpa mutuamente porque su hijo llora…pero no sé, no sé…yo no recuerdo ir a restaurantes con mis padres (al margen de las multitudinarias comidas de domingo donde había otros millones de niños gritones y la gente sabía a lo que iba) y si un niño empieza a llorar en un sitio donde otra gente va a estar tranquilamente, pues creo que lo lógico es que alguno de los aportaron genética se lo lleve fuera hasta que se calme. Pero bueno, yo no soy madre. Lo seré algún día y espero no tener que tragarme mis palabras…

Pero es que lo queremos todo. Queremos trabajos buenos, casas buenas, coches buenos, ginebras de diseño, salidas a tomar café y pasar tiempo con los niños…pues mira amigo, todo no puede ser.

A veces hay que pararse, respirar, centrarse un poco e ir por partes. Tomarse lo que toque a cada momento.

El niño se ha callado y yo debería hacer lo mismo. Pues no ha mucho tiempo (ayer mismo) me estaba quejando sobre esta vida mía que en estos momentos no se mueve, o al menos no al ritmo que quiero, o no está exactamente donde a mí me gustaría y lo que me toca comerme ahora (que no está tal mal oiga) es algo así como un aperitivo sin mucha gracia…un pan reseso como para matar el gusanillo.

Y me muerdo la lengua al recordar el mejor-peor-insulto-cierto que me dijo una buena amiga hace unos días y es que soy “una ansiosa de la vida estable”

La vida estable no existe. Ni si quiera son los padres. Todos tenemos nuestras pequeñas batallas diarias con lo que tenemos en el plato. Porque cuando estamos por el segundo, nos arrepentimos de haberlo pedido, y cuando tomamos el primero, soñamos con el postre.

El niño sigue sin llorar y el último recuerdo de la tarde lo dedico a ese señor de gafas oscuras que me repite las cosas una y otra vez para que no se me olviden. Y por esta misma razón es por la que empecé a escribir hace muchos años, porque mi memoria es un fraude y yo sola me convenzo de una cosa y al día siguiente de todo lo contrario. Entonces él equilibra la balanza hacia el otro lado…porque tal vez peque de prudente o desconfiada pero mis apuestas nunca son al 100% por nada ni por nadie…mucho menos por las cosas que yo digo o pienso (que son demasiadas).

Le duró poco. Vuelve el llanto. Me muerdo la lengua otra vez pero con cuidado de no hacerme sangre que ya perdí mucha hoy.

Acábate el café y ponte a apostar por ti misma anda, que al fin y al cabo las probabilidades están infinito a 1.

 Publicado originalmente en cerveza salada



 

 

ESTABA EN LA LISTA

Has decidido volver a escribir y lo has hecho en domingo. Con lo poco que te gustan.

Pero es que lo has apuntado en tu nueva "Libreta de quehaceres" en la que el primer punto de la la lista es "terminar esta libreta" y sólo podrás tacharlo cuando de verdad lo cumplas. Mientras tanto date pequeñas satisfacciones como es el subrayar con fosforito "lavadora" cuando la pones o incluso "pintar uñas" para no dar mal ambiente. Es un buen método para cumplir con todo y con todos. Y sobre todo es un buen método para que dejes de dispersarte y hagas todo a medias sin hacer nada del todo bien.

Vivan las libretas y vivan las listas.

Y es que como te dijo hace unos días Carolina Díaz del Río "ya está bien". Ya está bien de que no escribas, de que te dejes llevar y no pares, te sientes, analices y resumas. Porque bien sabes que es la forma de hacer las cosas y de que estructures un poco tu cabeza. Ya está bien de que te quejes continuamente y de que acabes concluyendo que no tienes razón y de que partes con mucha ventaja, así que menos llorar y más espabilar. Intenta que no se te olvide...si hace falta apúntatelo.

Hace poco caíste en la cuenta de que empezaste a escribir porque tu memoria es un fraude. Y claro, sin memoria no se va a ningún lado porque no se puede evolucionar sin saber qué ha pasado antes. Así que como siempre, tendré que resumirte un  poco tu vida de estos meses en los que te dio por despistarte.

El verano ha sido el primero trabajando y lo cierto es que no te has dado mucha cuenta. En parte porque no estabas ni allí, ni aquí sino todo lo contrario. Dejabas la maleta un lunes y no la deshacías, hasta que de pronto llegaba el jueves y tocaba volver a volcar (revolcar?) el armario en ella para coger un tren el viernes que te llevaba a cenas deliciosas en compañía inigualable y te hacían olvidar las casi 7 horas de tren. Y vuelta a empezar. Semanas-puentes entre pequeñas dosis de Baiona que, ahora en Octubre, te das cuenta que saben a muy poco. Ah! y una amiga que se te casó y ya para siempre será la novia o la señora de Conde. Una fiesta con amigas como un oasis en medio del desierto que deja recuerdos para todas e historias comentables por los siglos de los siglos. (o al menos hasta la siguiente)

Pero empezaste a trabajar y te sentiste algo/un poco productiva. Porque no eres (ni serás en mucho tiempo) imprescindible, pero ahora se trata de aprender y absorber. Y eso intentas. Y así sigues. Hasta que vuelven tus eternas dudas. 

Porque como las rebajas, las hombreras o la compañía telefónica Amena, tus "y sis" atacan de nuevo. Porque el día que tengas algo claro creo que dejarás de ser tú. Así que en esas estamos. O mejor dicho, en esas seguimos. Sin saber hacia dónde ir y ni si quiera si ésta es la dirección adecuada. Te tranquiliza ver que el resto del mundo está así. Y tu tía Guada en sus megarevitalizantes invitaciones a comer, con sus "toma más carne que seguro que estás comiendo fatal" te suelta algún "creo que les estás dando demasiadas vueltas a todo...a veces simplemente hay que esperar a que las cosas pasen e ir tirando" que te deja pensando que es muy probable que tenga razón y que eres muy pesada. Pero mucho.

Así que te callas. Dices "que narices" y vuelves a trabajar Y cumples. Y vuelves a casa. Ah! no te lo dije? ahora tienes una casa. Después de la mudanza y una visita a Ikea en la que llegaste a la conclusión de que en ese universo paralelo con el camino marcado, la felicidad es inversamente proporcional al número de bultos, os instalasteis en Donoso 20. 

"Os"? Sí, tampoco te lo comenté pero te fuiste a vivir con esa tipa con la que compartiste pupitre y uniforme. Luego compartiste acuerdos y desacordes (o era al revés? da igual porque es mentira, cantar no es lo suyo) tipo de bebida y hasta teorías de la vida. Sí. Esa que ahora comparte contigo la misión:imposible que es dejar el suelo del baño impoluto después de secarse el pelo y que se caigan muchos de los ídem. Esa que murmura y sospecha de todo y de todos. Esa que te convierte a ti, A TI!! en la que piensa en positivo. JA! En fin, esa que muere de frío en el sofá y no habla pero que te hace reír con sus disparates y sus análisis de películas de después de comer como nadie, es tu nueva compañera de hogar. 

(también prefiere el Espidifén al Neobrufén y hasta se lo toma caliente...vamos, que a veces te planteas seriamente vuestra amistad)

Y es un hogar grande, espacioso, en el que se escuchan las conversaciones de los transeuntes y las ventanas producen corrientes, anticiclones y borrascas...pero es el vuestro. Y lo será por bastante tiempo. Son bienvenidos.

Vigo sigue estando a 600 Km y Madrid sigue siendo Madrid aunque Jacinta te ayude a dominarlo...a pesar de su asfalto necesitado de un lifting urgente. 

Sigues sin cocinar. Sigues sin carnet de conducir. Sigues dándote sustos mortales diarios creyendo que has perdido monedero/iPhone/llaves/cartera/ebook porque sigues llevando bolsos-maleta en los que al contrario que en el de Mary Poppins, las cosas no aparecen sino desaparecen. 

Pero has empezado a organizarte. O al menos lo intentas. Has sido consciente de que por mucho que te lo advirtiesen y te lo advirtieses, empezar a trabajar y vivir un poco más la realidad (la tuya debería ir entre comillas "realidad"), no es fácil pero hay que intentar pillarle el tranquillo. Relativizar y seguir. Y vivir. Que al fin y al cabo tienes todo por delante. Y noches en las que se te hace de día alternando discusiones de temas serios con vídeos de Youtube, te devuelven a tu realidad. Que no es otra que la de una chica de 26 años que intenta buscar sus sitio. Pues sabes qué? descubrir cuál será también tiene su encanto. 

Ah! me recuerda la que escribe que te diga que has sobrevivido a dos clases de spinning. Pero yo le digo que no flipe que probablemente hoy cenes pizza. Que puede que hayas decidido cambiar alguno hábitos...pero no dejarás de tener tus pequeñas dosis de autoengaño.