Hoy es 1 de septiembre. Hoy empieza todo.
Decía Jorge ayer que él contaba los años de septiembre en septiembre por la tradición de forrar los libros. A mí me pasa lo mismo. La frase "A forrar los libros!" a modo de gruñido del señor de gafas oscuras la oímos desde el 5 de agosto.
Y es que agosto es un mes donde todo se concentra: las bodas, las cenas, la familia, los amigos, las vacaciones, los planes, las horas libres, la playa(?¿)...y sin que te hayas dado cuenta todo esto se pasa y vuelves a tu escritorio. Ese en el que dejaste un pincel que se secó y varias manchas de tinta china. Lo haces con la convicción de que, este año sí, llevarás las cosas al día. Así que te compras una agenda y escribes los propósitos para el nuevo curso. Que luego no cumples. Mientras reflexionas sobre tu ser y lo que quieres hacer en los próximos 12 meses, varias moscas te dan la vara. Las moscas pesadas son la señal definitiva de que se acerca el final del verano. Que tú partirás y yo volveré a estar delante del ordenador.
Septiembre es un mes de adaptación. Tiene una luz rara y melancólica que cada vez se apaga antes. Vas a la playa pero pasas por escaparates con abrigos. Vuelves a la rutina pero te resistes a pensar que empieza otra vez la hibernación. Te consuela pensar que la estación de las hojas en el suelo es la más bonita pero te quejas diciendo que no te importaba alargar un poco más este suplicio de no hacer nada. El problema es que este verano sí que has hecho. Y no has tenido mucha desconexión así que piensas que en septiembre, con un poco de suerte, encontrarás un par de tardes para dedicarle al libro que tienes en la mesilla. Aunque seguramente no lo consigas. Porque ya lo decías arriba, en septiembre está todo por empezar. Y las cosas se empiezan con ganas, o no se empiezan.
Septiembre es un mes de contrastes. Es un "Otra vez tú?" mezclado con un "Bueno, la verdad es que me alegro de verte" Septiembre y los 29. Que ahí están, saludándome. Tienen buena pinta...pero la verdad es que siempre digo lo mismo. Supongo que a mí me influye el hecho de cumplir años en una semana así que este es un mes de balance también. De ver cómo estaba hace un año y cómo estoy ahora. De pasar por delante de una portera y que me pregunte a dónde voy si puede saberse. Y contestarle "Poder se puede, pero no lo tengo muy claro aún, señora. Lo voy averiguando por el camino, le vale?" "A mí qué me cuentas niña, te vale a ti?" "Pues sí, me vale"
En fin. Que hoy es 1 de septiembre. Que hoy empieza todo.