Tengo una profesora de las que pretende que terminemos las frases...
"Entonces se iniciará el proceso de..."
(sonido de grillos...)
"eje..."
"ejecu..."
"ejecuci..."
"ón"
"exacto"
Y tiene la muletilla "conforme?" La dice unas 66 veces por clase (contadas por alguno al que no le apetece coger apuntes)
Pero me gusta. Es una cincuentona moderna y gafapastosa que me copió un vestido. Se echa la culpa a si misma si no entendemos algo y contesta pacientemente a todas la preguntas, mostrándose interesada incluso por aquellas ante las que dan ganas de poner los ojos en blanco, suspirar y continuar dando la clase como si no hubiese pasado nada.
Realmente ser profesor de universidad mola. Mola mucho. Creerte que estás preparando a las futuras generaciones que van a levantar el país. Pasearte por la tarima, mirar al horizonte y ver cabecitas agachadas anotando lo que dices por el micrófono. Coger la tiza y lanzársela a algún alumno que esté hablando. Vale esto no pasa ahora sino en el colegio...pero qué puntería tenía el mamón! Tener un depacho, chavalines a los que atormentar a preguntas, ver el miedo en sus ojos y continuar impasible pensando que "lo haces por su bien" Corregir cómo y cuándo te de la real gana sin importar que acabes de discutir con tu hijo y vayas a descargar tu ira contra González Martín Javier, o estés algo chispa después de unas cervecitas y te compadezcas de González Martínez José. Qué más da, si en la revisión vas a seguir teniendo razón!...
Están muy bien valorados los profesores universitarios. Tal vez demasiado bien.
En mi sexto año puedo asegurar que me sobran dedos de una mano para decir cuáles me han dejado huella como se supone un "maestro" debe hacer. Sin embargo recuerdo a la perfección a esos que me enseñaron lo más básico: A leer los cuentos de "Pepa y Misi", a sumar "llevándome una", a dividir con decimales, a saber cuándo es Objeto Directo. Qué gran paso supuso el que "Marugenia" me dijese que ya podía escribir con boli. Pero con el cartón de Enri debajo del papel "porque si no resbala" Gracias a Luz sé que en galego son masculinos "cal, cárcere, costume, couce, cume..." José Ángel hizo que nos entregásemos al trabajo del Quijote, cual proyecto de fin de carrera. Sesé me enseño toda la Historia que aún recuerdo hoy día, Sor Argentina te daba clases de refuerzo si no entendías la probabilidad, y era una gran defensora de la energía nuclear (una monja muy moderna ella) aunque para cura moderno, Colunga, que nos dio a Nietzsche con tanta pasión que me hacía preguntarme cómo es posible que siguiese creyendo. Y tantos otros momentos clave en mi vida de los que sin darse cuenta han sido protagonistas.
Tengo grabados en la retina a todos mis profesores de Primaria, ESO y Bachillerato. Ellos me enseñaron mucho más allá de los libros. Ellos me marcaron.
Pero no es tan guay decir "soy profesor de 2º de Primaria"
Esto es una gran injusticia. Reivindico el papel del maestro de escuela. Del de verdad. Del entregado a sus alumnos, del que cada septiembre se enfrenta a un grupo nuevo de chavales que pasarán por sus clases con más pena que gloria y que luego se irán de su vida.
Que no crean que se les olvida, que no caigan en el error de pensar que su trabajo es banal. Del primero al último de esos seres que se sientan en los pupitres recordarán toda su vida su nombre y lo que les enseñó. Y en más de una ocasión, será mucho más de lo que puedan imaginar.
Gracias.