Resulta que vuelve a ser domingo y ya estamos a vueltas con el “tengo que”, el “mañana es lunes” y las pastelasdas de después de comer de fondo mientras me enfrento con las neuras de ese tipo retorcido que fue Freud, preguntándome cómo he llegado a tener que leerlo y tratando de no hacerlo por encima de todo.
Y entre esa serie de obstáculos que me autoimpongo para no cumplir con mis obligaciones, están el comer todo tipo de guarradas, buscar chorradas por internet y cumplir el ritual del fin de semana de leer el Semanal de cabo a rabo.
Había en el de hoy un artículo sobre los menores de 40. Esa generación compuesta de generaciones a la que se ha tratado de nombrar con letras enigmáticas y pornográficas, de agrupar en conjuntos y subconjuntos, en un ansia por clasificar (como si de carpetas de Mis Documentos hablásemos) ese grupo que formamos los hijos de nuestros padres.
Nos tenemos que sentir identificados cuando nos tildan de insensibles, de tenerlo todo mucho más fácil, las consolas, el consumismo, el quejarnos sin motivo por un sueldo y una vivienda “que ya hubiésemos querido tener nosotros” , el botellón, las drogas, el iniciar una batalla por la libertad sexual “ en vez de preocuparnos porque hay gente que pasa hambre”…
Está claro que no corrimos delante de los grises, ni vivimos una transición, ni una guerra…cristalino que toda nuestra memoria la componen imágenes que venían de la caja tonta y ahora lo hacen de la pantalla de un ordenador, de esa ventana al mundo que es Internet, que será peligrosa, estará corrompida y nos volverá insensibles, pero acaso no está corrompido el mundo en que vivimos?, acaso esta globalización que tanto asusta no nos hace más conscientes de los que pasa a nuestro alrededor?…qué tipo de conciencia podían desarrollar esos que nos hicieron ser como somos cuando el momento histórico que vivieron fue la llegada del hombre a la luna y el nuestro es la caída de las torres gemelas, los bombardeos a Irak o el 11M?¿…que somos unos inconscientes?¿…no lo creo, somos conscientes prematuros y por tanto viejos prematuros, insensibles? puede…pero no insolidarios, egoístas? más bien ambiciosos. Quieren lo mejor para nosotros, que seamos los más preparados, los que más idiomas saben, los más competentes…Y así cumplimos, olvidándonos del resto. Porque no luchamos por un pan que llevarnos a la boca sino por cumplir todo lo que se espera de nosotros, llegar a lo más alto, trabajar como el que más y llevar una vida acorde con ello.
El éxito. O esa ilusión que supone el cumplir con todas las oportunidades que se nos ofrecen y hacerlo además satisfactoria y respetablemente (aunque esto último parece cada vez más difícil)
Pocas palabras de aliento encontramos de las generaciones anteriores. Pero supongo que es ley de vida. Para ellos vivimos entre algodones y nosotros sobrevivimos como podemos, capeando el temporal y viviendo lo que nos ha tocado vivir que me parece, no es poco.
Si generalizan por lo más bajo, poniendo ejemplos de borrachos, incultos y desinteresados, yo lo hago por lo más alto, por los solidarios, los preocupados, los trabajadores y los que luchan por demostrar lo que valen cada día, a pesar de los primeros.
Así que aunque a algunos les parezca un pecado ser joven hoy día, para mí es una bendición, porque entre otras cosas me da eso que aquellos que nos miran por encima del hombro ya no tienen y eso es tiempo. Mucho tiempo para disfrutar, equivocarme, remendar, vivir, ver, aprender y envejecer. Para un día sentir desprecio por esas generaciones que vendrán porque me sentiré orgullosa del tiempo que me tocó vivir, pero por las cuales, aunque nunca lo reconozca, sentiré cierto grado de envidia.