Llega la primavera y he tenido que rescatar bufandas, gorros y guantes y meterme piedras en los bolsillos para no salir volando pero da igual.
Me mandan trabajos y me adelantan exámenes pero da igual.
Me acuesto tarde y estoy cansada y tomo café, que no me gusta, pero da igual.
Da igual porque hace un tiempo que no me quejo. No mucho y no quiero decirlo muy alto, sólo voy a susurrarlo. Pero si no me quejo es que todo va bien.
Como en el mundo de Wayne.
en un baño...