Ayer descubrí que jugueterías como la de Solo en Casa 2 existen. He vuelto a creer en los Reyes. Magos. (trata de explicar el 6 de Enero a los ingleses, verás qué caritas hasta que descubres que no son Reyes, sino hombres y no son Magos sino sabios)
Ayer las compras debieron ser las protagonistas...pero quedaron eclipsadas porque una vieja amiga se dejó caer. Literalmente. La maldita y negruzca nieve (un sábado prenavideño en pleno Londres de blanca no tiene nada)
Yo continué mi jornada como pude hasta que mis piernas dijeron "basta, hay que regresar". Finalmente, muchas disculpas mediante, retrasos en trenes y esperas en andenes a - 2 grados, por fin estaba de vuelta a 0 grados en el interior del vagón. Seguíamos con problemas para sentir manos y pies.
Colchester tenía caspa. Mucha. Tanta, que el bus se detuvo en la parada sólo para que un gordito autobusero nos dijese "Sorry fellows, no bus service" algo así como "Lo siento compañeros, no hay servicio de autobuses" Se cierra la puerta y observo que el gordito no iba sólo, sino que le acompañaban 3 de sus compañeros, sus verdaderos "fellows"
Cara de idiota y "A mí no me fellowees eh??. Me abandonas a mi suerte y tú te vas a casa calentito? No soy tu fellow y nunca no seré mamón!!"
Algún taxi por la zona? aunque sea de los off licence timadores? Negativo.
Qué es lo que toca entonces? pues cantar bajo la lluvia, o lo que es lo mismo, caminar sobre la nieve.
Pero claro, si combinamos los bultos comprados con mi, digamos poca destreza en cualquier actividad motriz, qué obtenemos? Lo que viene siendo un andar con estilo: un paso, dos pasos, tres paso "flip" resbala un pie. Un paso, dos pasos, tres pasos, cuatro pasos "fliiip" resbala el otro. Alguna vez hubo tantos "flipes" seguidos que tuve que mirar atrás para comprobar que nadie me había visto. Pero no. Ni Perry por la calle. Bueno, como mucho uno o dos Perrys.
Primer momento crítico: resbalón hacia delante y la pierna izquierda que se desliza como la gimnasta que no soy. Rodilla al suelo con el consiguiente tirón. Estaba herida pero debía seguir adelante.
Mitad de trayecto con un ritmo bastante respetable...un dos, un, dos...dejo de temer por el futuro de mis falanges de los pies y cuando ya pensaba que la posibilidad de una carrera como esquiadora de fondo no era tan descabellada, llegó la caída total. TOTAL. Por lo menos no fue frontal, sino lateral, así lo que continué mi odisea dolida no sólo de la pierna sino también del costado y más concretamente de la zona gluteística izquierda. Buena amortiguación. Hasta yo tuve que reírme. De nuevo, nadie por la calle. Salvada.
El trayecto a la residencia parecía infinito (god save the iPod). Nieve, nieve y más nieve. De esto que pisas y todavía hay nieve debajo. Y ese ruído extraño que hace, como si se quejase (aún encima!)
Lo único bueno de la nieve es poder seguir las huellas de la gente y adivinar quién caminó a tu vera antes. Unas botas de mujer, unos tenis, un pie de niño pequeño...Me detuve a comprobar mi pisada. Bien. Impone. Me sentí un poco como la perspicaz y embarazada policía de Fargo. Sólo que sin embarazo y sin pistola. Y si me apuras sin mucha perspicacia.
Hoy, después de leer múltiples quejas sobre los vuelos cancelados de regreso al hogar, abro la ventana y me encuentro con este paisaje encantador, tan Navideño, tan invernal, tan bonito de ver...en una postal.
En fin...que la mierda esta blanca se la pueden meter la Reina y los lords por donde les quepa...que yo, me voy a mi casa. (aprovecho la ocasión para mandar un mensaje amenazante al señor Ryanair...el martes se vuela "fellow")
Y como siga así la cosa, ya veré si vuelvo.
Ayer las compras debieron ser las protagonistas...pero quedaron eclipsadas porque una vieja amiga se dejó caer. Literalmente. La maldita y negruzca nieve (un sábado prenavideño en pleno Londres de blanca no tiene nada)
Yo continué mi jornada como pude hasta que mis piernas dijeron "basta, hay que regresar". Finalmente, muchas disculpas mediante, retrasos en trenes y esperas en andenes a - 2 grados, por fin estaba de vuelta a 0 grados en el interior del vagón. Seguíamos con problemas para sentir manos y pies.
Colchester tenía caspa. Mucha. Tanta, que el bus se detuvo en la parada sólo para que un gordito autobusero nos dijese "Sorry fellows, no bus service" algo así como "Lo siento compañeros, no hay servicio de autobuses" Se cierra la puerta y observo que el gordito no iba sólo, sino que le acompañaban 3 de sus compañeros, sus verdaderos "fellows"
Cara de idiota y "A mí no me fellowees eh??. Me abandonas a mi suerte y tú te vas a casa calentito? No soy tu fellow y nunca no seré mamón!!"
Algún taxi por la zona? aunque sea de los off licence timadores? Negativo.
Qué es lo que toca entonces? pues cantar bajo la lluvia, o lo que es lo mismo, caminar sobre la nieve.
Pero claro, si combinamos los bultos comprados con mi, digamos poca destreza en cualquier actividad motriz, qué obtenemos? Lo que viene siendo un andar con estilo: un paso, dos pasos, tres paso "flip" resbala un pie. Un paso, dos pasos, tres pasos, cuatro pasos "fliiip" resbala el otro. Alguna vez hubo tantos "flipes" seguidos que tuve que mirar atrás para comprobar que nadie me había visto. Pero no. Ni Perry por la calle. Bueno, como mucho uno o dos Perrys.
Primer momento crítico: resbalón hacia delante y la pierna izquierda que se desliza como la gimnasta que no soy. Rodilla al suelo con el consiguiente tirón. Estaba herida pero debía seguir adelante.
Mitad de trayecto con un ritmo bastante respetable...un dos, un, dos...dejo de temer por el futuro de mis falanges de los pies y cuando ya pensaba que la posibilidad de una carrera como esquiadora de fondo no era tan descabellada, llegó la caída total. TOTAL. Por lo menos no fue frontal, sino lateral, así lo que continué mi odisea dolida no sólo de la pierna sino también del costado y más concretamente de la zona gluteística izquierda. Buena amortiguación. Hasta yo tuve que reírme. De nuevo, nadie por la calle. Salvada.
El trayecto a la residencia parecía infinito (god save the iPod). Nieve, nieve y más nieve. De esto que pisas y todavía hay nieve debajo. Y ese ruído extraño que hace, como si se quejase (aún encima!)
Lo único bueno de la nieve es poder seguir las huellas de la gente y adivinar quién caminó a tu vera antes. Unas botas de mujer, unos tenis, un pie de niño pequeño...Me detuve a comprobar mi pisada. Bien. Impone. Me sentí un poco como la perspicaz y embarazada policía de Fargo. Sólo que sin embarazo y sin pistola. Y si me apuras sin mucha perspicacia.
Hoy, después de leer múltiples quejas sobre los vuelos cancelados de regreso al hogar, abro la ventana y me encuentro con este paisaje encantador, tan Navideño, tan invernal, tan bonito de ver...en una postal.
En fin...que la mierda esta blanca se la pueden meter la Reina y los lords por donde les quepa...que yo, me voy a mi casa. (aprovecho la ocasión para mandar un mensaje amenazante al señor Ryanair...el martes se vuela "fellow")
Y como siga así la cosa, ya veré si vuelvo.