De Jaca a San Sebastián pasando por Guernica. Vivió lo que Picasso imaginó aunque según ella el que mejor lo cuenta es Pío Moa. Después una guerra, casi acabar en Rusia como otros tantos niños, ser rescatada en Burdeos y luego Valencia. Esperar un amor durante 3 años que se mantenía vivo por correo. Volvió a por ella y cambiamos los edelweiss del Pirineo por las hortensias gallegas. Primero a Ferrol, luego a Vigo. La casita de Riobó, los veraneos en Corujo. Y uno tras otro fueron llegando hasta completar la decena. Las hijas de Florencio y Nené fueron 8. Y hoy mandan, empujan, ordenan, encuentran, cocinan, solucionan, sueltan barbaridades, hablan mal, compran bien y cuentan puntos de calceta. Todas juntas y hablando a la vez. A los dos varones de vez en cuando les dejan intervenir. Y Nené entre todos ellos. Siempre bien acicalada, no vaya usted a creer. A veces quejándose, otras (cuando no están delante) presumiendo. Y rezando mucho por todos. Sobre todo por esos nietos que de vez en cuando le damos alegrías con bodas, trabajos y bisnietos.
94 años
10 hijos
24 nietos
1 vida
Y menuda vida.
Felicidades abuela! Eres la pera!