Podría decir mucho sobre Molly y Luis. Sobre lo muchísimo que jugué con ellos. Sobre cómo a ella la enseñaba a sumar y la llevaba al colegio vestida de uniforme y cómo a él me encantaba tocarle el pelo y achucharlo.
Podría explicar por qué son los únicos juguetes que conservo. Y lo mucho que entiendo al chaval de Toy Story cuando le cuesta tanto regalar los suyos.
Podría. Y por lo general este es un blog de palabras.
Pero a veces una imagen...
1993-2015