El cariño de una madre se mide en comida.
Esto es un hecho que constato fin de semana tras fin de semana, cuando, ante mi asombro y gozo, tengo para comer algo adecuado a las circunstancias. Y cuáles son esas circunstancias?...pues las que rodean a cualquier día R, es decir, los días post-salida-nocturna.
Hace tiempo dejé caer, cuando me levanté y había alcachofas o algo así para comer (que me pueden encantar en cualquier situación pero no en un día R) que es necesario que tales días haya en casa "comida masa". La señora que calceta, que es así bastante espabilada, entendió a la perfección el concepto y ahora me levanto con un "Carmen, hay comida masa" Entonces yo no puedo otra cosa que querer aún más a mi señora madre.
La comida masa se caracteriza por ser, como su nombre indica, una masa absorbente que hace más llevadera la R. Ejemplos de comida masa? pasta y pan en todas su variantes a poder ser aderezados con queso, también en cualquiera de sus versiones. O cosas con nata. O Huevos Fritos con arroz...que no son "masa" pero están tan ricos que cualquier ocasión es buena.
Pero es que la comida en casa es un tema peliagudo. Desde aquellas épocas en que había peleas justo después de comer (a las 15:10) por quién se iba a comer a las 16:00 el bisté que había sobrado o domingos de saqueo fraternal de despensa y nevera previa partida a sus respectivas ciudades universitarias, legando a dejarme sin Nocilla o cosas por el estilo y argumentando con un simple y sólido "mañana te compra mamá". Y mamá compraba. Porque la máma disfruta viéndonos comer sus platos exquisitos y que presumamos de que hace (esto es así, no hay duda) la mejor empanada del mundo. (undo, undo, undo)
A veces le echo broncas porque ya no cocina como antaño. Porque la vida con tres en casa no es lo mismo que cuando teníamos a los otros dos proyectos fallidos de niña que vinieron antes que yo...pero para eso están días como hoy.
Días en el que aparece el mayor, sin previo aviso, para comerse los bistés al horno tan blandos que se parten con el tenedor y me deja sólo la salsa para hacer sopas. Días en que por la tarde viene el otro a por huevos encapotados (para quien no esté familiarizado con el término son huevos fritos, envueltos en bechamel, sí, de esa que rebañas la sartén, empanados y fritos de nuevo sin que la yema del huevo se parta...vamos que además de romper las leyes de la física, los huevos encapotados son "ojjjj") pero no contento con llevarse para él y para la santa que le aguanta, se lleva de más para hacer puntos con el suegro. Toma ya.
Y hasta ahí vale...pero hay cosas por las que no paso. El tomate natural es mío y de nadie más. Es una debilidad que tengo y todos los miembros de esta casa lo saben. No sé ni cómo se atrevió a intentar colarme un "mañana mamá te hace más". Defendí ese tupper con mi vida y gané.
Las sopas están aseguradas y la operación "me voy a dar a la comida hasta después de Semana Santa cuando emigre y no coma nada rico en 3 meses" también.
Con la comida no se juega.
Esto es un hecho que constato fin de semana tras fin de semana, cuando, ante mi asombro y gozo, tengo para comer algo adecuado a las circunstancias. Y cuáles son esas circunstancias?...pues las que rodean a cualquier día R, es decir, los días post-salida-nocturna.
Hace tiempo dejé caer, cuando me levanté y había alcachofas o algo así para comer (que me pueden encantar en cualquier situación pero no en un día R) que es necesario que tales días haya en casa "comida masa". La señora que calceta, que es así bastante espabilada, entendió a la perfección el concepto y ahora me levanto con un "Carmen, hay comida masa" Entonces yo no puedo otra cosa que querer aún más a mi señora madre.
La comida masa se caracteriza por ser, como su nombre indica, una masa absorbente que hace más llevadera la R. Ejemplos de comida masa? pasta y pan en todas su variantes a poder ser aderezados con queso, también en cualquiera de sus versiones. O cosas con nata. O Huevos Fritos con arroz...que no son "masa" pero están tan ricos que cualquier ocasión es buena.
Pero es que la comida en casa es un tema peliagudo. Desde aquellas épocas en que había peleas justo después de comer (a las 15:10) por quién se iba a comer a las 16:00 el bisté que había sobrado o domingos de saqueo fraternal de despensa y nevera previa partida a sus respectivas ciudades universitarias, legando a dejarme sin Nocilla o cosas por el estilo y argumentando con un simple y sólido "mañana te compra mamá". Y mamá compraba. Porque la máma disfruta viéndonos comer sus platos exquisitos y que presumamos de que hace (esto es así, no hay duda) la mejor empanada del mundo. (undo, undo, undo)
A veces le echo broncas porque ya no cocina como antaño. Porque la vida con tres en casa no es lo mismo que cuando teníamos a los otros dos proyectos fallidos de niña que vinieron antes que yo...pero para eso están días como hoy.
Días en el que aparece el mayor, sin previo aviso, para comerse los bistés al horno tan blandos que se parten con el tenedor y me deja sólo la salsa para hacer sopas. Días en que por la tarde viene el otro a por huevos encapotados (para quien no esté familiarizado con el término son huevos fritos, envueltos en bechamel, sí, de esa que rebañas la sartén, empanados y fritos de nuevo sin que la yema del huevo se parta...vamos que además de romper las leyes de la física, los huevos encapotados son "ojjjj") pero no contento con llevarse para él y para la santa que le aguanta, se lleva de más para hacer puntos con el suegro. Toma ya.
Y hasta ahí vale...pero hay cosas por las que no paso. El tomate natural es mío y de nadie más. Es una debilidad que tengo y todos los miembros de esta casa lo saben. No sé ni cómo se atrevió a intentar colarme un "mañana mamá te hace más". Defendí ese tupper con mi vida y gané.
Las sopas están aseguradas y la operación "me voy a dar a la comida hasta después de Semana Santa cuando emigre y no coma nada rico en 3 meses" también.
Con la comida no se juega.