Don Antonio Pino es un gentleman de los de antes, de esos que podrían compartir una copa con Rick.
Don Antonio además es mi amigo. De esos que te dicen que sí a un favor, antes de que le expliques de qué se trata.
Todo empezó con un "Yo veraneo en el pueblo de al lado, llámame si quieres"
Al principio era mi guardaespaldas, pero ahora ya se mueve como Pedro por su casa, es uno más.
Don Antonio es tímido y es fácil de sonrojar. Sus "No por Dios" se multiplican en nuestras conversaciones.
Resulta que este señor me mandó un mail informativo de su vida. La sorpresa fue mayúscula! y más cuando hace un par de días yo me acordaba de él y decidía escribirle uno contando lo poco que sucede en la mía pero nunca lo llegué a hacer.
La cuestión es que no puedo estar más contenta de haberme cruzado con él. Porque sé que pueden pasar meses sin que hablemos (viviendo en la misma ciudad y estudiando en la misma facultad que ya tiene delito) pero cuando lo hacemos, todo transcurre con normalidad, yo hablo y hablo, él sonríe y dice que todo va bien. Y yo sigo hablando y hablando. Como siempre.
Ay! Don Antonio, respecto a sus preguntas:
- Sí, algo agobiada, pero quedan 20 días y restando.
- Hablemos de series pues, aunque he intentado desengancharme me persiguen!, me llamo Earl no la sigo, sé de qué va, pero nunca vi más de 5 minutos (lo haré), Y CÓMO NO VOY A HABER VISTO THE OFFICE!!! Muy bien, Don Antonio, sus gustos no empeoran.
- Lo mismo digo acerca de cafés y demás. Aunque ando algo escasa de ratos libres, no sabe la alegría que supone saber que usted sigue bien, como siempre.
Sólo me resta decirle que, "siempre nos quedará Baiona."