Siempre tengo una canción en la cabeza.
Puede ser del Fary, clásica, de los 40 principales o la sintonía de Informe Semanal.
Me acompaña durante un espacio de tiempo que se puede prolongar días y dependiendo del número de veces que la cante se puede adivinar mi estado de ánimo.
Puede ocurrir que sean simples frases en forma de bucle porque a pesar de ser, junto a María Felisa Varela de Limia Comiges, una campeona en las guerras de canciones, a veces no me sé cómo siguen y ni si quiera dónde las escuché...
Todo viene porque llevo unos días a vueltas con "Adiós muchachos compañeros de mi vida" y no sé qué rayos es.
La lluvia no da tregua y mis cuadros tiran cada vez más hacia el gris.