Cuán gratificante resulta que te despierten leyéndote algo bonito.
Ayer me dieron las 5:30 estudiando, que no os de pena que luego me tiro las mañanas durmiendo. Es que soy noctámbula, no puedo evitarlo ni en exámenes. Pensé en actualizar y poner esta foto que describía mi situación de agobio máximo (como todos, ya), pero al final me fui a dormir.
Y la verdad es que las cosas se ven de otra manera.
No soy la persona más indicada para decir esto por mis bajones de memuerosemecaeelmundoencima pero hay que tomarse los exámenes con filosofía. Me estoy riendo, porque no me lo creo ni yo. Es fácil reproducir los consejos que te da la gente que ya pasó todo esto.
Ayer, mientras toda mi familia disfrutaba de una cenita estupenda, yo estaba con la propiedad Romana, mientras ellos cantaban en el Sing Star (mi padre incluido versionando a Amaral...), yo me peleaba con los mosquitos que venían a amenizarme la noche, mientras ellos se tomaban unas copas, yo me tomaba un red bull y mientras ellos se rean de mi trágica situación (...), yo me acordaba de un consejo que me dio un tipo al que no os resultará difícil encontrar en cualquier barra y que no hace mucho estaba como yo, como todos. Me dijo que disfrutase de estas noches en vela con un bidón de café al lado, de esos descansos en los que piensas en toooodo lo que te queda y en lo lejos que está el verano porque al final, cuándo vas a volver a estar delante de unos apuntes de Romano? (Espero que nunca)
Que al final hasta estas épocas de mierda se echarán de menos y nos reiremos. Por supuesto que nos reiremos.
Hoy mi socorro lo digo un poco más bajito (pero sólo un poco)