El des-ayuno es la comida más importante del día. Lo dicen los médicos, los sindicatos, las abuelas y el ministerio de Sanidad y Consumo pero por encima de todo lo digo yo! el desayuno es la mejor de todas las comidas (seguida por la merienda, que es un poco quiero y no puedo).
Si pudiese, desayunaría todo el rato. Si, por ejemplo, me levanto a horas inciertas en esas que no sabes si desayunar o comer, yo desayuno! . Si es tarde y no sabes qué cenar, yo desayuno!, si tienes mucha hambre, es final de mes y tu despensa da pena, yo desayuno! Es como un slogan: "Yo, desayuno!"
Pero es que pueden acaso ser más ricos los alimentos que tomamos en esta comida??No. No pueden. Crispis, Cola cao, tostadas, galletas y si nos ponemos finos, croissant, napolitana, bizcocho...Mmm
Me gustan los megadesayunos de las series americanas o de "Médico de familia!" en donde no falta el mantel de cuadros con leche en jarra, zumo de naranja, tortitas, mantequilla, mermelada...Mmm
Mis desayunos habituales me los sirve Jose. Este sujeto me lleva viendo llegar con cara de muerta viviente desde hace 4 años. He llegado al punto en el que ya no tengo ni que pedirlo, ni si quiera decir "lo de siempre", mi desayuno simplemente aparece. Eso es tener un status.
Tostada y café. Simple y funcional.
No me considero una persona maniática, pero si con la comida no se juega, con la primera de la jornada, mucho menos. Así que siempre sigo un mismo orden. Primero la mantequilla, nada de mermelada de melocotón envasada. Después el azucarillo y revolver el café, ante lo que no dejan de aparecer los inevitables 1 y 2 del dibujo. Imposible no manchar de café, imposible no dejar la mesa llena de granitos de azúcar.
A continuación los bordes de la tostada. Primero el que es rarito, el que corresponde a la parte de abajo del pan de molde. Ese borde no mola nada. Luego los otros tres. Y después las esquinas, dejando primero forma de casita y finalmente un cuadrado perfecto, sin bordes, espojoso y mantequilloso. Entre bocado y bocado, trago de café, dejando siempre uno pequeño para el final. Y entonces llega el momento del que me avergüenzo: miro alrededor, doblo el "cuadrado perfecto" y me lo como. TODO DE GOLPE!! Lágrimas en mis ojos. No sólo porque está bueno sino porque después de este momento sublime, toca empezar el día. Se acabó lo bueno.
Respiro hondo, me despido de Jose y pienso en el día en que por fin conozca a esa enigmática señora que me hace las tostadas. Sé que está ahí, dentro de la cocina, inconsciente de la felicidad que me reporta...si la viese le diría: "Oh! señora que está en la cocina, su tostada me alucina!, nunca la veo pero sé que está, y la mañana más bella será!"
Desde que abro un ojo (con lo que me cuesta) pienso en ese momento de paz. Es mi rutina matinal y si algún día me la salto, no soy yo. Porque...Yo, desayuno!